Psicomotricidad y Movimiento Libre

Las 4 grandes dificultades con el Movimiento Libre

Hoy quiero reflexionar con vosotras, pensar en alto cosas que vengo observando desde hace tiempo con respecto al Movimiento Libre y su implementación en el hogar.

La primera gran dificultad: DESCONOCIMIENTO

No es que la gente sea tonta o ignorante, es que el ML ha crecido mucho en estos años, cada vez más conocido y esto al final hace un poco de teléfono escacharrado, que si leo por aquí lo de las posturas, que si por allá sobre juguetes…la mayor parte de la información que circula es sobre la parte física, ¿qué ocurre? que cuando hablamos de movimiento libre hablamos de toda una forma de relacionarse e interactuar con los bebés, es decir, con dejarles en el suelo y no sentarles NO es movimiento libre. Podeis leer la entrada que hice sobre el tema aquí y visitar la página de mi amiga Romina (experta en el tema)

 

La segunda gran dificultad: EL TIEMPO

Seguimos sumando factores, si al anterior le sumamos que vivimos en la sociedad de la prisa y la falta de tiempo tienes el agobio y el estrés servidos, lo que nos lleva a saturarnos fácilmente (decimos de la tolerancia a la frustración de los bebés y niñxs pero…tela con las personas adultas, jejejeje). Para criar hace falta paciencia y tiempo, hace falta olvidarse del reloj y eso no siempre es fácil o es posible. Y si encima la atención y los cuidados los tienes que dividir entre más, pues el estrés puede aumentar de forma considerable.

 

La tercera gran dificultad: EL ESPACIO

Vivimos en pisos muchas veces pequeños en los que es complicado ir adaptando el espacio para la necesidad de movimiento de los bebés y si encima hay que dividir el espacio entra más es una tarea realmente complicada a la par con el último nivel del Tetris, jajaja, pero en esta vida todo tiene solución y seguro que la encontramos.

 

La cuarta gran dificultad: INTERPRETACIÓN

Somos muy dadas a interpretar cualquier señal, movimiento o ruido que emiten los bebés y lo interpretamos según nuestros filtros y aprendizajes, lo que nos lleva muchas veces a dar una respuesta que realmente no era la que se pedía, lo que ocurre es que cuando instauramos una forma de relación los bebés la aprenden y la repiten, no es que se quieran poner de pie, o se quieran sentar o quieran…es nuestra interpretación y esto es de las cosas que más nos cuesta ver, porque nos suele salir el «es que le gusta», claro, lo que le gusta es tu interacción, es tu sonrisa, es tu presencia…y establecen ese diálogo que luego cuesta revertir.

 

Y las cuatro tienen fácil solución, acudir a un espacio de juego en el que se realice movimiento libre y a la vez que nuestro bebé juega podamos compartir dudas y vivencias y/o pedir asesoramiento, hacer algún taller o curso. Muchas veces el movimiento libre no es posible por las dinámicas (que sin darnos cuenta) establecemos en las rutinas del día a día, en la falta de ideas para resolver los problemas que nos surgen, en la dificultad para aprender a observar y acompañar, el movimiento libre debería ir acompañado de una revisión profunda de nuestra forma de ver y acompañar la infancia, cuanto más profundizo en esta mirada más necesario veo esa revisión, al final en todas las pedagogías que buscan el respeto al SER se necesita un cambio personal muy grande, una forma de estar en la que seamos capaces de apartar los velos que nos tapan. Y como adultas necesitamos que nos acompañen, que nos sostengan sin juicios, hay veces que las circunstancias nos llevan a hacer cosas que no queremos y que al final terminamos haciendo, la culpa y la frustración no nos ayudan, cada vez veo más necesario este acompañamiento en la crianza y la maternidad, una mirada neutra que nos ayude a ver las cosas con perspectiva pero que no decida por nosotras, al final cada familia es un mundo, lo que si os pido es que si creéis que necesitáis ayuda pedidla, muchas veces con una sola asesoría se solucionarían la mayoría de los problemas.

Todo lo que hacemos tiene consecuencias, lo que no tenemos que hacer es fustigarnos por ellas, toma las riendas de tu maternidad y busca los recursos que te permitan disfrutarla, nos merecemos ser felices y nuestras hijas e hijos se merecen madres felices.

 

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